CEMENTERIO DE TULCAN
En el jardín Altar de Dios se aprecian arcos de medio punto,
figuras monolíticas, mascarones, ollas compoteras, cuencos, vasijas y
otros. Todas son diseñadas en ciprés.
Azael Franco obtuvo condecoraciones por su obra. La primera fue en 1974 cuando el Municipio de Tulcán le otorgó la medalla Escudo de Tulcán. Él murió a los 85 años pero su hijo Benigno heredó el gusto por la escultura en verde.
Franco , de contextura gruesa y de cabello cano, labora de lunes a viernes de 08:00 a 16:00. A diario recorre por el jardín y está pendiente de que las esculturas mantengan su forma original. Para ello es necesario recortar las ramas cada cuatro meses. El mantenimiento es fundamental para conservar la estética de las obras.
Hace más de 70 años, el lugar es uno de los atractivos del cantón. La finura de los acabados sorprende a los artistas más exigentes. Cada año el camposanto de ocho hectáreas recibe a 80 000 turistas de Israel, Alemania, Holanda y otros países. El 28 de mayo de 1984 se lo nombró Patrimonio Cultural del Estado y sitio natural de interés turístico.
“El cementerio es parte de mi vida”, precisa Lucio Ramón Reina, uno de los jardineros más antiguos y autor de las esculturas del Parque de los Recuerdos, que reúne 220 figuras regordetas que representan a la cultura La Tolita, vasijas precolombinas y a la fauna del país. En total, el cementerio tiene 309 figuras.
El cementerio fue el sitio ideal para que Reina desarrolle su creatividad y haga de la escultura en verde la obra más importante de su vida. El arte lo aprendió por esfuerzo propio. “Al principio mis figuras eran feítas y me sentía mal”. Pero la constancia y el gusto por las plantas le impulsaron a mejorar sus tallados.

Azael Franco obtuvo condecoraciones por su obra. La primera fue en 1974 cuando el Municipio de Tulcán le otorgó la medalla Escudo de Tulcán. Él murió a los 85 años pero su hijo Benigno heredó el gusto por la escultura en verde.
Franco , de contextura gruesa y de cabello cano, labora de lunes a viernes de 08:00 a 16:00. A diario recorre por el jardín y está pendiente de que las esculturas mantengan su forma original. Para ello es necesario recortar las ramas cada cuatro meses. El mantenimiento es fundamental para conservar la estética de las obras.
Hace más de 70 años, el lugar es uno de los atractivos del cantón. La finura de los acabados sorprende a los artistas más exigentes. Cada año el camposanto de ocho hectáreas recibe a 80 000 turistas de Israel, Alemania, Holanda y otros países. El 28 de mayo de 1984 se lo nombró Patrimonio Cultural del Estado y sitio natural de interés turístico.
“El cementerio es parte de mi vida”, precisa Lucio Ramón Reina, uno de los jardineros más antiguos y autor de las esculturas del Parque de los Recuerdos, que reúne 220 figuras regordetas que representan a la cultura La Tolita, vasijas precolombinas y a la fauna del país. En total, el cementerio tiene 309 figuras.
El cementerio fue el sitio ideal para que Reina desarrolle su creatividad y haga de la escultura en verde la obra más importante de su vida. El arte lo aprendió por esfuerzo propio. “Al principio mis figuras eran feítas y me sentía mal”. Pero la constancia y el gusto por las plantas le impulsaron a mejorar sus tallados.
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